Holichiwa amigos de Chirchi, hoy venimos a reseñarles uno de los animes más esperados del año y que, desde su estreno género opiniones divididas.

Tras 13 episodios emitidos durante la primavera de 2025, Lazarus, la nueva serie de Shinichirō Watanabe (Cowboy Bebop, Samurai Champloo), ha concluido dejando tras de sí una combinación de opiniones encontradas. No es para menos: cuando el nombre del director se asocia de inmediato con una obra de culto como Cowboy Bebop, las expectativas pueden volverse una carga, y eso es precisamente lo que enfrentó Lazarus desde su primer episodio.

Aunque no busca replicar sus trabajos anteriores, la serie comparte con ellos una atmósfera estilizada, un soundtrack impecable y un interés marcado en personajes rotos por dentro.
Lazarus nos presenta un futuro cercano en el que un fármaco revolucionario cambia por completo el rumbo de la humanidad… hasta que su creador lanza una advertencia que desata el caos global. Para enfrentarlo, se reúne un equipo de cinco personajes aparentemente ordinarios, pero unidos por un suceso del pasado que los marcó genéticamente. Bajo el nombre de Lazarus, emprenden una misión a contrarreloj con implicaciones globales.
La serie combina acción, espionaje, dilemas éticos y reflexiones sobre la manipulación científica, el trauma colectivo y el libre albedrío, todo con un estilo visual cuidado al detalle cortesía del estudio MAPPA.

Ritmo pausado, críticas constantes

Uno de los principales puntos de discusión fue su ritmo. A pesar de su trama apocalíptica, Lazarus se toma su tiempo para desarrollar (y a veces solo sugerir) los conflictos personales y filosóficos de sus protagonistas. Esto llevó a críticas tempranas por falta de urgencia narrativa, especialmente entre quienes esperaban una estructura más ágil y episódica como la de Bebop.
Sin embargo, quienes conectaron con su tono más contemplativo encontraron una historia que apuesta por la tensión atmosférica más que por el clímax explosivo.

Banda sonora y animación: sus mayores fortalezas

Pero si hay algo en lo que Lazarus brilla con total autoridad, es en su estética audiovisual. La animación fluida, los fondos detallados y la composición de escenas transmiten tensión y belleza a partes iguales. La música, compuesta por Kamasi Washington, Bonobo y Floating Points, es un personaje más: acompaña la acción, sostiene el drama y refuerza la atmósfera entre lo místico y lo urbano.

¿Vale la pena verla?

Lazarus no es una serie para todos los públicos, ni lo intenta. Tiene un ritmo contemplativo, un trasfondo ético ambicioso y una estructura narrativa que se construye más por insinuación que por explicación. Aquellos que esperen una sucesora espiritual de Cowboy Bebop tal vez queden decepcionados. Pero quienes disfruten de la ciencia ficción con estilo, preguntas incómodas y una dirección artística potente, encontrarán en Lazarus una obra imperfecta pero provocadora.
No cierra todos sus cabos, pero deja suficiente inquietud como para seguir pensando en ella después de que termina.

Para una serie que juega con dilemas existenciales, algunas piezas quedaron flotando.
Si buscas una serie de acción con identidad visual fuerte, una atmósfera intrigante y una propuesta de ciencia ficción que plantea preguntas más que respuestas,Lazarus merece tu atención. No es una obra redonda ni completamente cerrada, pero sí una experiencia estilística interesante.

En cambio, si esperas una narrativa rápida, un desarrollo emocional profundo o un final que lo explique todo, puede que te deje con más dudas que satisfacción.

¡Hasta la próxima amigos de Chirchi!