Saludos amigos de Chirchi, Hoy traemos una noticia que nos llena de orgullo y emoción: en Perú, la escena del anime está tomando forma y mostrando un brillo único con sabor local. Así es, ya no solo disfrutamos las producciones japonesas, sino que también comenzamos a ver historias animadas creadas con la esencia de otras culturas. El reciente lanzamiento del tráiler de “Apukunapa Kutimuynin” (“El regreso de los Apus” en quechua) es la prueba.
Ver el Tráiler: https://youtu.be/C5O305mfkUA?si=RGrDaFmbud4UjcID
Esta serie nos sumerge en un universo donde la mitología peruana se encuentra con el estilo dinámico y estilizado del anime japonés. Personajes que comen anticuchos, visitan la emblemática iglesia de Las Nazarenas o invocan seres mágicos inspirados en el torito de Pucará, nos cuentan historias que conectan leyendas ancestrales con el presente. Para cerrar con broche de oro, aparece ni más ni menos que Inti, el dios del sol incaico, como una figura central en esta aventura.
La magia detrás de esta propuesta corre por cuenta del estudio peruano Ninakami, cuyo nombre une el quechua y el japonés para significar “Dios del fuego”. Al frente está Omar Vallejos, cofundador y productor que tuvo la visión de aprender directamente en Japón, cuna del anime, para luego traer esos conocimientos a suelo peruano. Su objetivo es claro: fusionar la técnica nipona con la riqueza cultural del Perú y crear una historia que explore varias realidades del territorio nacional.
A diferencia de otros proyectos que dependen de financiamiento estatal o concursos, Ninakami apuesta por el modelo japonés del comité de producción. Esto significa que diversas empresas como plataformas de streaming tipo Crunchyroll pueden invertir para obtener derechos de distribución, pero el estudio mantiene el control creativo absoluto. Un equilibrio perfecto entre negocio y arte, que garantiza la autenticidad del proyecto.
Sin embargo, no todo es sencillo en este camino. Según las voces expertas del equipo, el Perú aún enfrenta un desafío importante: la formación en animación no está a la altura de la competencia internacional. Muchas escuelas mantienen currículas desactualizadas, y los futuros animadores no reciben la preparación necesaria para destacar globalmente. Por eso, Ninakami también busca ser un espacio formativo, donde los nuevos talentos puedan aprender con estándares profesionales y contribuir tanto a proyectos locales como internacionales.
Este proyecto representa mucho más que una serie animada; es un llamado a la transformación del ecosistema creativo y educativo del país. Como dice Vallejos, no se trata solo de estudiar para trabajar en Japón, sino para poder crear y desarrollar talento propio en Sudamérica, con una industria de animación sólida y sostenible.

Así que ya saben, amigos de Chirchi, el anime hecho en Perú está en marcha y promete sorprendernos con historias que respetan y celebran nuestra cultura, mientras nos deleitan con el dinamismo del mejor estilo japonés. ¡Estemos atentos a “Apukunapa Kutimuynin” porque será un parteaguas para el anime latinoamericano!
¡Nos leemos en la próxima entrega amigos de Chirchi!