Demon Slayer: Infinity Castle, Tanjiro
Demon Slayer: Infinity Castle

Saludos amigos de Chirchi. Hoy les traigo una reseña muy esperada sobre Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba – The Movie: Infinity Castle (Parte 1), la película que está dando de qué hablar tanto en crítica como en taquilla. En esta reseña repasaremos sus puntos fuertes y débiles, además de su impacto económico y mediático a nivel mundial. Prepárense, porque este estreno ha marcado un antes y un después para el anime en la gran pantalla.

La fuerza de lo visual: animación y acción

Desde el inicio, queda claro que Ufotable ha puesto toda su experiencia sobre la mesa. Las secuencias de combate son un espectáculo, con coreografías fluidas y una dirección visual que hipnotiza. No sorprende que críticos y fans coincidan en describirla como “visualmente deslumbrante” y de “animación de primer nivel”, según Rotten Tomatoes. Para los seguidores de la saga, el filme es un clímax cargado de emoción que mantiene la intensidad que caracteriza a la franquicia.

Demon Slayer: Infinity Castle, Tanjiro
Demon Slayer: Infinity Castle

Críticas a la narrativa y la accesibilidad

A pesar del despliegue visual, algunos críticos han señalado que la historia no siempre fluye con la misma naturalidad. Contine una estructura irregular, con un ritmo que recuerda más a episodios encadenados que a una película completa. Esto se debe, en parte, a que es apenas la primera entrega de una trilogía. Además, han señalado que la cinta está pensada para quienes ya siguen el anime o el manga, lo que puede dificultar el disfrute para quienes llegan a ella sin conocer el trasfondo.

Un fenómeno de taquilla

Si en lo artístico hay debate, en lo económico no hay duda: Infinity Castle (Parte 1) ha sido un éxito rotundo. Solo en Estados Unidos recaudó unos 70 millones de dólares en su primer fin de semana, posicionándose en el número uno de la taquilla y rompiendo récords que estaban intactos desde el fenómeno de Pokémon: The First Movie en 1999. En Japón, el logro fue aún más sonado, superando a Spirited Away y convirtiéndose en la segunda película más taquillera de la historia del país.

Demon Slayer: Infinity Castle (Parte 1) confirma que estamos frente a una producción de altísimo nivel visual y emocional que recompensa a los seguidores de la saga. Aunque su ritmo irregular y su falta de accesibilidad para nuevos espectadores generan debate, sus cifras de taquilla y su alcance mediático la convierten en un hito indiscutible. El futuro de la trilogía promete mantenernos atentos, y ya es seguro que su desenlace marcará un capítulo histórico para el anime en el cine.

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