Funko-Pop-Anime
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Saludos amigos de Chirchi. El 2025 llegó como una tormenta inesperada para Funko, la compañía que alguna vez convirtió la cultura pop en figuras cabezonas enfrenta hoy una caída financiera. Su último informe revela un desplome global de ventas por 250.9 millones de dólares, un descenso del 14.3% respecto a 2024 que retumba en todas las estanterías donde antes reinaban sus cajas brillantes. En Estados Unidos, el derrumbe es aún más profundo: pérdidas cercanas al millón de dólares y una contracción del 20.1% en su mercado más importante.

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La empresa reconoce ante sus inversores que su continuidad más allá de 2026 está en duda. Las palabras “habilidad para continuar como empresa en funcionamiento”, incluidas en su informe, se convirtieron en un eco inquietante en el mundo financiero. No constituye una bancarrota inmediata, pero sí es un faro rojo que advierte fragilidad operativa. A los aranceles en ascenso y a la reducción de inventarios en tiendas minoristas se suma una deuda que ya escala a los 241 millones de dólares. Culture Geek ha señalado que Funko llevó a cabo dos modificaciones en su acuerdo de crédito durante 2025, un movimiento que revela la urgencia por recuperar estabilidad.

Mientras la marca analiza “alternativas estratégicas” que abarcan desde una restructura profunda hasta una posible venta, intenta sostenerse con nuevas tácticas de supervivencia. Entre ellas figuran la producción enfocada en líneas más pequeñas y rentables, como Bitty Pops, Pop Yourself y las cajas sorpresa, así como incrementos selectivos de precios que buscan amortiguar el peso de los aranceles y las tarifas de importación.

Este panorama sombrío no brotó de la nada. La crisis tiene raíces visibles desde 2023, cuando la compañía confesó su problema más voluminoso: el exceso de inventario. En 2022, su acumulación de productos aumentó un 48% respecto al año anterior, alcanzando un valor de 246.4 millones de dólares. Kotaku reportó en ese entonces que muchas de las figuras almacenadas simplemente no resultaban atractivas para los compradores. El dilema llegó a tal punto que Funko optó por destruir parte del inventario, un sacrificio calculado para amortizar entre 30 y 36 millones de dólares.

El veredicto sigue en construcción. Los próximos meses definirán si Funko logra reorganizar sus piezas o si su legado quedará como una colección en pausa permanente. Lo que es claro es que la marca, que alguna vez reinó como embajadora universal de la cultura pop, enfrenta ahora la prueba más compleja de su historia.

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