Saludos amigos de Chirchi, la polémica detrás del anime El verano en que Hikaru murió, una adaptación que prometía emociones intensas, terminó causando un descontento por parte de la audiencia.
Estrenada el pasado 5 de julio en Netflix, esta historia basada en el manga de Mokumokuren nos presentó a Yoshiki y Hikaru, dos amigos de toda la vida que, tras un inquietante evento en el bosque, ven su relación puesta a prueba por algo más que el terror sobrenatural. Lo que empieza como una historia de amistad entrañable, pronto revela una conexión que va mucho más allá. Sin embargo, esa evolución en pantalla no se ha sentido tan honesta como en las páginas del manga, y ahí es donde la tormenta estalló.

Los seguidores más fieles, que han vivido la tensión emocional del manga, detectaron rápidamente que algo no andaba bien en los diálogos subtitulados. ¿La escena del “te amo”? Convertida en un frío “me caes bien”. ¿El “no puedo dejar de quererte”? Transformado en un insípido “no puedo evitar que me caigas bien”.
En X, antes conocido como Twitter, los fans exprersan sus opiniones con comentarios como: “Si fuera una pareja hetero estoy segura que @NetflixLat no lo hubiera censurado”, o “Dejen de contratar gente homofóbica para sus traducciones”. El descontento se propagó y no solo en América Latina; incluso usuarios en España reportaron que sus versiones también habían suavizado esos momentos clave.
Ante la avalancha, María Rodil (encargada de subtítulos de Netflix) trató de calmar la situación desde su cuenta personal, explicando que ella es una profesional más, que sigue indicaciones y entrega su trabajo bajo presión. Su hilo buscaba ser una carta abierta desde el oficio de la traducción, pero la intensidad de los mensajes hizo que cerrara su cuenta poco después.
Mientras tanto, Netflix Latinoamérica guarda silencio como si nada hubiera pasado. Pero en Brasil, la historia fue distinta. La cuenta oficial respondió a la comunidad prometiendo corregir los errores y asegurando que vigilarán de cerca los próximos episodios. Un paso adelante que muchos aplaudieron, aunque aún dudando de sus intenciones.
El verano en que Hikaru murió provoca una conversación necesaria sobre la representación, la fidelidad narrativa y la responsabilidad que tienen las plataformas al adaptar historias emocionales tan profundas.
Para una audiencia que ha esperado ver esa historia de amor florecer sin miedo en la pantalla, el cambio molesta. Esperemos que esta situación tenga una solución por parte de Netflix.
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