Niño jugando videojuegos
Niño jugando videojuegos

Durante mucho tiempo, los videojuegos fueron señalados como una amenaza para la salud mental, asociados a aislamiento social, adicción o violencia. Sin embargo, estudios más recientes muestran un panorama mucho más matizado: en ciertos contextos, los videojuegos pueden contribuir al bienestar psicológico, mejorar habilidades cognitivas y fortalecer vínculos sociales. En este artículo exploro tanto los beneficios como los riesgos, apoyándome en investigaciones actuales y en mi análisis como especialista en la industria.

Beneficios de los videojuegos en la salud mental

1. Reducción del estrés y la ansiedad

Videojuegos casuales o con dinámicas relajantes (Stardew Valley, Animal Crossing) han mostrado efectos positivos en la reducción del estrés cotidiano, funcionando como un escape saludable para muchas personas.

2. Estímulo cognitivo

Títulos que requieren resolución de problemas, memoria y toma de decisiones rápidas ejercitan funciones ejecutivas del cerebro, ayudando a mantener agilidad mental. Algunos estudios incluso los consideran herramientas preventivas frente al deterioro cognitivo.

3. Conexión social

En línea o en cooperativo local, los videojuegos fomentan la interacción social. Comunidades en juegos como Fortnite o Final Fantasy XIV funcionan como espacios de apoyo, amistad e incluso redes de colaboración global.

4. Aplicaciones terapéuticas

Existen proyectos que utilizan videojuegos específicamente diseñados para tratar trastornos como TDAH o depresión leve. Un ejemplo es EndeavorRx, aprobado por la FDA en EE. UU. como tratamiento digital para niños con TDAH.

Riesgos asociados al uso de videojuegos

1. Adicción y uso problemático

El “gaming disorder” fue reconocido por la OMS en 2018. Aunque no afecta a la mayoría de jugadores, es un riesgo real cuando se pierde el control sobre el tiempo de juego, generando problemas académicos, laborales o familiares.

2. Efectos en el sueño

El juego prolongado, sobre todo en la noche, puede alterar los ciclos circadianos y disminuir la calidad del descanso, lo cual repercute directamente en la salud mental.

3. Aislamiento en casos extremos

Si bien los videojuegos pueden ser una herramienta social, un uso excesivo puede provocar aislamiento físico y dificultades en las relaciones cara a cara.

Estudios recientes que matizan el debate

  • Investigaciones de la Universidad de Oxford (2020) encontraron que el tiempo de juego moderado puede asociarse con mayor bienestar subjetivo.

  • Estudios clínicos sobre videojuegos terapéuticos sugieren mejoras en atención y control emocional en pacientes.

  • Sin embargo, otros trabajos resaltan la necesidad de distinguir entre “juego recreativo” y “uso problemático” para evaluar el impacto real.


Los videojuegos no son ni villanos ni héroes en la historia de la salud mental. Son herramientas poderosas cuyo impacto depende del diseño del juego, del contexto social y del modo en que cada persona los utiliza. Reconocer tanto los beneficios como los riesgos permite abrir el debate hacia un consumo más consciente, donde el disfrute lúdico conviva con el cuidado emocional.